El Río Zadorra

El Rio Zadorra desde casa Samaniego

El Río Zadorra desde casa Samaniego


El río Zadorra desde San Pelayo, camino del molino de Víllodas.

El Zadorra: Río del Norte de España, en la provincia de Álava, afluente por la izquierda del Ebro. Tiene una longitud de 70 km. Nace en el pico de Aitgorri, desciende hacia el SO y desemboca junto a Zambrana. En su cabecera se encuentran los embalses de Zadorra y Saltos de Zadorra.

El río Zadorra tiene la gentileza de pasar dulce y mansamente al pie de Víllodas dándole a la modesta población un aire muy fresco.

Hablando de nuestro río, aquí va un refrán que lo nombra: Zadorra, Arga y Aragón, hacen al EBRO Faraón. Eso dicen en Víllodas, sus razones tendrán. Naturalmente el Ebro recibe otros serios afluentes, por ejemplo el Rudrón en Burgos, que no está tan lejos. Algún día hablaremos de todo lo que le damos al Ebro, que es quien recibe, pero bueno, en realidad al Ebro le debemos un poco todos.

En esta curva, frente a Gárabo, ya pasados los pasos, antes de llegar al molino de Víllodas, junto a las rocas, el agua siempre fresquita, se criaban magníficos barbos; aunque un poco peligroso, era un lugar estupendo para darse un buen chapuzón en verano.



Rio Zadorra desde la presa del molino de Viacute;llodas

El Río Zadorra desde la presa del molino de Víllodas

Desde que el río empezó a "industrializarse" a causa del progreso de Vitoria, la pesca empezó a faltar. Pero al segundo año los mayores del pueblo nos decían a los que ya no éramos tan niños que nos metiéramos en las pozas más profundas que ellos conocían, que estaban en las curvas más pronunciadas del río, cercanas al monte, donde había auténticos acantilados. Querían que nos fuéramos allí para ver si en esas pozas quedaban barbos, ya que era donde se refugiaban y se reproducían. Era el único sitio donde el río estaría en el fondo más limpio. Y así lo hicimos, y sí, había barbos. Nos dijeron que a por ellos, que ya eran los últimos, que al año que viene ya nada. Los cogimos con las manos, se dejaban coger, parecía que se entregaban, parecía que ya no tenían fuerzas, y nos trajimos los mas grandes, barbos de medio metro de largos y muchos kilos de peso, eran como tiburones. Dejamos los pequeños y medianos pensando en el año siguiente, esperando que se produjera el milagro. Cargamos varios sacos llenos de barbos y así varios días seguidos. Las madres y las abuelas los hicieron en escabeche, y fue nuestra merienda durante muchos meses.

Chopos a ambas orillas del Zadorra

El Zadorra, escoltado por sus chopos camino de la presa de Gárabo

Del río Zadorra a su paso por Víllodas, hay mil historias que contar, pero la que más se repetía era la del domingo por la mañana. Los abuelos, acompañados por sus nietos, los que no se habían decidido por la partida de bolos, que era otra buena forma de pasar la mañana del domingo, iban al río con una buena remanga, que no faltaba en ninguna casa, a pescar mermejuelas. Había tanta pesca, que sobraba para todos. ¡Abuelos y nietos con alpargatas al río! Había quien tenía varias vidas en Víllodas: labrador, cazador, pescador; la pesca siempre era rentable: barbos, loinas, anguilas, mermejuelas, ranas, cangrejos. El río daba para mas: en varias casas se hacían cestos de mimbre, redes, reteles; los chavales se quedaban, nos quedábamos ensimismados viendo hacer una red.

El Río Zadorra desde el camino al molino de Víllodas

Al fondo se ven los pasos de Gárabo y la presa. Como se ve el río está lleno de islas con mucha vegetación, que siempre han servido de refugio de aves acuáticas, como está sucediendo ahora felizmente. Aquí están las pozas donde se refugiaron los últimos barbos cuando el río se contaminó. Esperamos que no pase mucho tiempo, hasta que veamos nuevamente peces, ya para siempre, en el río Zadorra.

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